Exit Epifenomenalismo
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Titus Rivas (publicatiedatum: 21 March, 2011)
Samenvatting
En este artículo nos preguntamos si el epifenomenalismo es una posición sostenible.
Exit Epifenomenalismo: La demolición de un refugio
por Titus Rivas & Hein van Dongen *1
Este articulo se publicó en la Revista de Filosofia de la Universidad de Santiago, Chile, 2001, vol. LVII, 111-129.
Introducción
En
este artículo nos preguntamos si el epifenomenalismo es una posición
sostenible. El epifenomenalismo es la tesis de que la mente o la
conciencia en el sentido cartesiano de experiencia subjetiva (que
comprende tanto la percepción y el pensamiento como la emoción y la
volición) es un epifenómeno del cerebro y debido a ello completamente
impotente.
Primero situaremos el epifenomenalismo brevemente
dentro de la filosofía de la mente. Además realizaremos un esbozo de su
significado para la filosofía contemporánea y para la ciencia empírica.
Seguidamente prestaremos atención a los argumentos que se han esgrimido
a favor de esta postura.
En la segunda parte hablaremos sobre los
argumentos que se han utilizado a lo largo del tiempo en contra del
epifenomenalismo. En esta parte daremos también un argumento que según
nosotros creemos demuestra mejor que cualquier otro su inconsistencia
interna.
En la tercera parte, finalmente, nos preguntaremos qué
consecuencias debería tener la descalificación del epifenomenalismo
(como posición sustentable), tanto para la filosofía de la mente y para
la filosofía en general, como para las ciencias empíricas que se
sustentan sobre ellas.
I. Epifenomenalismo
El
epifenomenalismo sostiene que todos los fenómenos, procesos o
condiciones mentales no son más que epifenómenos de procesos
cerebrales. Con ello no se quiere decir que lo mental no podría existir
aparte de lo físico (aunque síse implica), sino que lo mental no tiene
ninguna influencia sobre la realidad. Lo mental síexiste, pero no es
eficaz, es decir no puede ser causa de nada, ni dentro de su propio
dominio mental, ni tampoco dentro del mundo físico *2. Para esta
supuesta incapacidad mental se han creado imágenes ilustrativas, como
la del silbato de vapor de una locomotora. El pitido del silbato de
vapor es un fenómeno real, pero no tiene influencia sobre la función de
la locomotora, sólo es un epifenómeno de ésta *3. De manera semejante,
existen experiencias conscientes que inevitablemente son causadas por
procesos cerebrales. De igual manera que el silbato de vapor no tiene
influencia sobre el funcionamiento de la locomotora, tampoco la
conciencia tiene influencia sobre los procesos cerebrales que la
causan.
Ontología y causalidad
El
epifenomenalismo es una respuesta a la cuestión referente a la
influencia causal de lo mental o la conciencia sobre la realidad. La
respuesta es que la mente no ejerce ninguna influencia. La mente es
siempre sólo efecto y nunca causa. Como tal, el epifenomenalismo puede
clasificarse dentro del llamado fisicalismo. El fisicalismo sostiene
que todo lo que existe es el resultado de las leyes válidas para el
mundo físico. Es importante hacer una distinción tajante entre
fisicalismo y materialismo. El materialismo es una posición ontológica
que dice que lo único que existe es la materia -tradicionalmente:
"átomos en movimiento". El fisicalismo no es una posición ontológica [sobre los posibles tipos de sustancias ontológicas], sino sólo habla acerca de los tipos de causalidad que pueden existir.
también a pesar de que existen tal vez un sinfín de entidades que nunca
pueden ser incluidas dentro de definiciones de la materia, sólo las
entidades materiales pueden ejercer influencia causal. Esto lleva a la
conclusión que el epifenomenalismo es en verdad fisicalista. Sin
embargo, no se trata de una posición materialista ya que la mismásima
razón que se da para la incapacidad de la conciencia consiste en que la
conciencia no es material. De este modo el epifenomenalismo es una
posición dualista fisicalista *4.
también hay otras formas de
fisicalismo, que sítienen un carácter materialista. Así, una teoría de
identidad no puede reconocer tampoco que la mente subjetiva como tal
sería eficaz, porque la vida consciente según ella en el sentido
objetivo es idéntica a ciertos eventos fisiólogicos en el cerebro, y
asílas propiedades subjetivas no importan causalmente en el sentido
objetivo. Por otro lado, las posiciones eliminacionistas niegan por
supuesto cualquier influencia de la mente, por la sencilla razón de que
según ellas ni ésta siquiera existe.
Dentro de la filosofía de
la mente, el epifenomenalismo a menudo se utiliza como sinónimo de
fisicalismo. Por esta razón a veces también se le llama la teoría de la
identidad también "epifenomenalista". Esta clase de confusión no
facilita el debate sobre el epifenomenalismo. Algunos de los argumentos
que se defienden o son contrarios o en favor de ciertas otras formas de
fisicalismo. Es por eso que nosotros subrayamos nuevamente que el
epifenomenalismo tiene una ontología dualista. Es esta ontología la que
hace concluir siguiendo el principio fisicalista, que síexiste una
vida mental, pero que ésta no tiene ninguna influencia sobre la
realidad.
Dualismo y causalidad psicogénica
El
epifenomenalismo es una de las respuestas dualistas que se dan a la
cuestión referente a la causalidad psicogénica o sea: la influencia de
la mente sobre la realidad. Es la única respuesta completamente
fisicalista dentro del dualismo. Además hay otras dos posiciones
dualistas acerca de esta cuestión. Por un lado se encuentra el
paralelismo, que mantiene un fisicalismo parcial. según el paralelismo
la mente sítiene influencia causal sobre su propia realidad mental,
pero no sobre la realidad física. Como en el caso del fisicalismo, el
mundo material estaría determinado completamente por leyes físicas. Una
diferencia importante es no obstante que el mundo material tampoco
ejerce ninguna influencia sobre la mente. Habría una causalidad
totalmente paralela entre los dos tipos de dominio de la realidad. Por
otro lado tenemos el interaccionismo, que también rechaza el
fisicalismo dentro del mundo material. según el interaccionismo materia
y mente ambas ejercen una influencia causal recíproca tanto sobre sí
mismas como mutuamente.
Implicaciones del epifenomenalismo
En
el sentido filosófico la mayor implicación del epifenomenalismo es que
lo que hacemos o experimentamos nunca es causado por lo que vivimos o
hemos vivido subjetivamente. Esta implicación va mucho más lejos que la
negación del libre albedrío. Como seres subjetivos somos completamente
impotentes frente a los procesos del mundo material. No podemos ejercer
ninguna influencia sobre ellos, pero sin embargo somos completamente
determinados por ellos. Nuestras relaciones con la realidad, nuestra
relación con nosotros mismos, con otras personas, con objetos, etc.,
estáncompletamente causadas por procesos fisiológicos en el cerebro.
Tales relaciones jamás inician nada. El epifenomenalismo, pues, implica
antropológicamente una conciencia "encerrada" que no puede emprender
completamente nada y nunca tiene ningún poder sobre símisma. Esta
metafísica naturalmente tiene grandes consecuencias para la axiología y
la ética. Axiológicamente el epifenomenalismo de hecho implica que
todos nuestros valores son biogúnicos; no existen valores que no sean
un epifenómeno de procesos neurológicos.
Todo lo que los seres
humanos experimentamos como transcendente a lo puramente biológico,
como belleza, verdad o amistad, no es de hecho más que el producto
impotente de la fisiología exenta de valor. Esto se aproxima a una
axiología nihilista. ¿Por qué por ejemplo mucha gente encuentra cierta
opus de Beethoven emocionante? Unicamente porque su cerebro reacciona
de manera específica (causa emoción) a cierta estructura auditiva y
porque esta reacción física causa cierta sensación subjetiva positiva.
En el campo de la ética no sólo pierden su contenido conceptos como
responsabilidad, sino cualquier ideal ético debe tomarse como
exclusivamente causado por procesos cerebrales. El único tipo de ética
que se podría reconciliar con esto, es un naturalismo estrictamente
descriptivo. El dominio moral en otras palabras estácompletamente
determinado por la neurología amoral.
En la psicología, el
epifenomenalismo implica que todo lo relevante para el comportamiento y
el conocimiento en principio puede ser simulado completamente por
máquinas (computadoras). Lo mismo sirve para la psicología de los
animales y la etología: si la conciencia humana no tiene ninguna
influencia, lo mismo vale por supuesto para la conciencia animal *5.
En
la neuropsicología y la psiquiatría el epifenomenalismo le da la razón
al pensamiento con un carácter marcado completamente por la biología.
En el caso de trastornos psíquicos siempre es esencial la influencia de
la fisiología (biopsiquiatría).
La parapsicología *6 que
estudia los fenómenos paranormales que se dan en situaciones
experimentales finalmente es difícilmente concebible dadas las
presuposiciones del epifenomenalismo. Diferentes parapsicólogos
consideran sus investigaciones como posibilidad de averiguar la
hipótesis de interacciones directas entre la mente y la realidad, es
decir: investigaciones que tienen como objeto la percepción
extrasensorial y de la psicocinesis, por la que la realidad mental
ejerce influencias fuera de la motórica *7.
Argumentos a favor del epifenomenalismo
El
optar por la posición epifenomenalista no es cuestión de arbitrariedad.
De hecho consiste, como ya se ha dicho dicho, en una combinación de
dualismo y fisicalismo. Con el elemento dualista el epifenomenalismo
evita la objeción esgrimida que niega la existencia de la
conciencia, que necesita él mismo como corriente filosófica, o la
reduce a algo material y de ahí inconsciente *8.
Nuestra
atención en el resto de este artículo se centraráen el aspecto
fisicalista del epifenomenalismo, no en la ontología dualista
compartida por nosotros *9. Este ensayo pues, explícitamente no aborda
ninguna forma de materialismo cualquiera que ésta sea, puesto que como
todos los epifenomenalistas y los demás dualistas, pensamos que es
evidente que existen aspectos de la mente subjetiva que apriori no
pueden considerarse de ninguna manera como materiales. La discusión
ontológica debe de hacerse pues en otras palabras antes de la discusión
sobre la eficacia causal, no durante, y menos aún después. La mezcla de
estas dos cuestiones claramente distintas ya ha causado bastante
confusión. Aunque eso pueda ser muy impopular, nosotros no seguimos
pues la moda materialista y aquí sólo trataremos el problema de
eficacia dentro de un contexto dualista.
Los epifenomenalistas presentan la siguiente argumentación para su fisicalismo:
1. Teóricamente hablando es más parsimonioso ser fisicalista, porque
(a)
las leyes físicas son válidas según se sabe entre todas las formas de
organización de la materia, incluso el organismo humano y su cerebro
*10.
(b) no existe ninguna prueba empírica de una influencia psicogénica en la realidad *11.
2.
El interaccionismo es "inconcebible". Sería lo mismo que 'magia', como
lo expresa Jackendoff *12. ¿Cómo algo mental puede causar algo
material? Este segundo punto ya lo dejamos atrás inmediatamente. Si la
influencia psicogénica no se puede concebir, entonces la causación
somatogénica de la psique es más inconcebible aún. Y es en tal
causación "mágica" que se basa explícitamente el epifenomenalismo.
Podemos añadir que cualquier causalidad es esencialmente misteriosa
*13. En lo que sigue, consideraremos sílamente el argumento de
parsimonia como aceptable. El principio de parsimonia es importante en
la filosofía de la ciencia porque puede refrenar toda clase de
especulaciones infundadas.
II. Argumentos contra el epifenomenalismo
después
de nuestra exposición del epifenomenalismo, nos toca llegar a una
consideración de los contra-argumentos. Entre paréntesis, según Hodges
y Lachs *14 el epifenomenalismo ha sido más atacado que defendido por
los filósofos. La motivación bien se puede imaginar, vistas las
implicaciones poco atractivas de dicha posición en toda clase de
terrenos.
Dentro de los contra-argumentos presentados podemos
distinguir cuatro tipos: objeciones intuitivas, argumentos contra la
parsimonia del epifenomenalismo, un argumento contra la validez de la
posición, y por fin argumentos lógicos dirigidos contra la consistencia
interna (coherencia) del epifenomenalismo.
Primero discutiremos los argumentos presentados que conocemos y luego presentaremos nuestro propio argumento analítico.
Objeciones intuitivas
Las
objeciones intuitivas *15 contra el epifenomenalismo son obvias. El
epifenomenalismo no concuerda en absoluto con la imagen que una persona
corriente tiene de símisma. Para las personas corrientes es evidente
que si a veces gritan es porque sienten dolor, o que si a veces sonríen
a alguien es porque le sienten simpatía hacia él, etc. *16. El
epifenomenalismo va contra este concepto intuitivo de la existencia de
la causalidad psicogénica. Lo desenmascararía, por asídecirlo, al
estilo de "La gente puede creer que sus experiencias conscientes
importan algo, pero en eso simplemente se equivocan, sólo parece ser
así. En realidad sólo importan los procesos y las estructuras
cerebrales" *17. El argumento intuitivo de que el habla cotidiana
muestra incontables ejemplos de la importancia de la conciencia es,
claro está, igualmente débil; en otras palabras la lengua refleja tales
ideas concebidas por la gente (corriente), y aquellas ideas pueden ser
como ya se ha dicho completamente erráneas. Nosotros compartimos las
mencionadas objeciones intuitivas, pero nos damos cuenta de que en
debates en torno al epifenomenalismo no tienen mucho peso.
Argumentos acerca de la parsimonia
Entre
los argumentos acerca de la parsimonia se puede hacer una subdivisión
entre argumentos que van contra el arriba mencionado argumento 1 (a) de
los epifenomenalistas, y un argumento contra 1 (b). Es decir, contra la
universalidad de las leyes físicas, y contra la falta de evidencia
empírica para la causalidad psicogénica.
Argumentos contra la universalidad de las leyes físicas: Argumento evolucionista
El
argumento evolucionario ya fue sostenido por William James *18 y
recientemente ha sido defendido nuevamente por Karl Popper *19. según
William James, las características de la conciencia indican su eficacia
causal. En primer lugar la conciencia probablemente se hace más
compleja e intensa en el curso de la evolución animal. En este sentido
se parece a un órgano físico. En segundo lugar, la conciencia sería una
especie de 'agencia selectiva', un instrumento para efectuar
elecciones. En tercer lugar, los sistemas nerviosos cada vez más
complejos no sólo parecen adaptarse cada vez mejor y hacerse cada vez
más flexibles sino también cada vez más inestables.
Es por esta
razón, por la que la conciencia se habría originado, según James, pues
hace elecciones, preservando asíel cerebro del caos. Esto se debe
entre otras razones a que sólo la conciencia tiene algo que elegir,
'matter has no ideals to pursue'. Asípues la conciencia aumenta las
probabilidades de que la vida se mantenga. En este punto, James razona
del modo que sigue: Este plausible concepto legitima la existencia de
la conciencia. ¿Si la conciencia no importa, por qué se ha originado?
Karl Popper lo formula así(1977, p. 72): '[...] el epifenomenalismo
choca con la visión darwiniana. [...] Los darwinistas han de considerar
[...] la mente como análoga a un órgano físico (probablemente
estrechamente vinculado al cerebro) que ha evolucionado bajo la presión
de la selección natural' *20. Ahora bien, el problema con el argumento
evolucionario es que sus partidarios no se dan bastante cuenta de que
no todos los miembros de un organismo en símismos tienen que ser
funcionales desde el punto de vista evolucionario *21. Un oso polar por
ejemplo tiene una piel gruesa y caliente que además es muy pesada. El
calor de la piel contribuye a su supervivencia, pero su peso no. El
peso es un epifenómeno inevitable del hecho de que la piel es gruesa y
caliente. De modo que es muy concebible que algo se origine
inevitablemente como consecuencia de cierta ordenación de genes sin que
por símismo tuviese importancia alguna en la evolución. Es por eso
incorrecto sostener que el epifenomenalismo sin más estáen
contradicción con el (neo)darwinismo. No se trata de que la conciencia
tenga un efecto positivo para que ésta sea aceptada como supuesto
efecto de la evolución, sino solamente de que no influya la
probabilidad de sobrevivir y de reproducirse de manera negativa. Es
precisamente esto lo que se daría según el epifenomenalismo: la
conciencia no ejerce influencia sobre absolutamente nada, ni en el
sentido positivo ni en el negativo. Respecto al argumento de James de
la 'agencia selectiva' que sería la conciencia, esto es combatido
explícitamente por Ray Jackendoff *22. En realidad, según Jackendoff se
trata de un proceso subconsciente, 'computacional' de concentración y
selección de cierta información, que en muchos casos efectivamente
lleva a experiencias de atención consciente.
¡La verdadera
selección y elección tendrían lugar pues en un nivel subconsciente! No
a base de objetivos y motivos conscientes sino a base de sus
hipotéticos 'substratos' subconscientes (= las supuestas estructuras
fisiológicas subyacentes).
Indicación para la teleología
Otro
argumento que suministró William James, dice que en casos de accidentes
cerebrales ciertas funciones pueden quedar suprimidos y que después
aparentemente pueden ser transferidas a otras partes del cerebro, lo
cual podría indicar una eficacia que sólo puede estar relacionada con
la conciencia. El problema de este argumento es que de hecho podría
tratarse de una pre-estructuración del cerebro que podría explicarse de
varias maneras. No tiene por qué ser la conciencia la causa del
traspaso de funciones, sino solamente la interacción entre las
exigencias que la vida impone al organismo y las posibilidades
fisiológicas sobre las que éste dispone todavía. La supuesta teleología
sería en teoría sólo aparente.
Argumento contra la falta de evidencia empírica para la causalidad psicogénica: Datos parapsicológicos
John
Beloff *23 es el principal oponente del epifenomenalismo que se basa en
fenómenos paranormales o PSI, es decir: percepción extrasensorial (ESP)
y psicocinesis (PK). Beloff cree que sólo los fenómenos PSI pueden
demostrar la influencia de la mente. Rechaza explícitamente todos los
demás tipos de argumentación. Esta actitud se puede comparar con la de
Ray Jackendoff que sostiene que él sólo podría ser convencido de que su
posición no es correcta por datos empíricos. Jackendoff no dice sin
embargo qué clase de fenómenos serían esos *24.
Como sólo los
fenómenos PSI podrían refutar el epifenomenalismo según él, John Beloff
considera la parapsicología como uno de los medios más importantes para
recuperar nuestra dignidad y conciencia del propio valer humano.
Sostiene además que hay razones válidas para suponer que los fenómenos
PSI existen realmente. A continuación indica que los fenómenos PSI se
pueden explicar más fácilmente por formas de causalidad psicogénica.
según él no hay ninguna indicación de que el cerebro posee poderes
completamente desconocidos que podrían tener como resultado los
fenómenos PSI.
Simultáneamente, los fenómenos demostrarían
según su convicción las mismas actividades intencionales que las que
son estudiadas por la psicología corriente. Aunque es concebible que
los fenómenos PSI son causados por algo completamente diferente de la
mente y el cerebro *25, ésta no es en absoluto una hipótesis plausible.
Alfred Ayer *26 sostiene que el epifenomenalismo estádefinido
de tal forma que nunca sería posible refutarlo. En nuestra opinión, sin
embargo, los fenómenos PSI deben de considerarse como fenómenos cuya
explicación fisicalista se aproxima tanto a un nivel de probabilidad
cero, que la pretensión de parsimonia pierde su fuerza *27. Además
somos de la opinión que la parapsicología ya ha demostrado
suficientemente que la existencia de PSI es plausible. Cuando filósofos
como William James *28, Gerard Heymans *29, Henri Bergson *30 y H.H.
Price *31 incluyeron estos fenómenos en su filosofía de la mente, los
datos de investigación eran más controvertidos de lo que es el caso hoy
en día. Entre tanto, la evidencia para la incidencia de los fenómenos
es de tal calidad que algunas publicaciones sobre tales fenómenos son
aceptadas por las revistas de ciencias naturales *32 y también por
ejemplo por la eminente Asociación Americana para el Avance de la
Ciencia. Algunos físicos notables parecen inclinarse no tanto por la
reducción de los fenómenos a procesos físicos autónomos, sino por su
inclusión dentro de un modelo que demuestre características
interaccionistas *33. Puede resultar difícil emocionalmente tan sólo el
aceptar seriamente la existencia de los fenómenos PSI, pero esto ya no
ha de suponer un obstáculo a finales del siglo veinte a la hora de
valorar la abundante evidencia en este terreno.
Argumento contra la validez del epifenomenalismo
Este
argumento también fue presentado por Karl Popper *34. El sostiene que
si un razonamiento en realidad sólo se cumple fisiólogicamente, el
epifenomenalista no puede reclamar la validez para su propia posición.
La posible validez del epifenomenalismo no es una propiedad física sino
que ha de verse como un juicio positivo sobre la posición a base de
medidas abstractas. Este dato no lo considera como una refutación del
epifenomenalismo, pero síconcluye que el epifenomenalismo no puede
aducir nada para defenderse, ya que ello implicaría el reconocimiento
de la influencia de medidas inmateriales. Estamos de acuerdo con esta
argumentación de Popper. Si el epifenomenalismo sostiene que en el
mundo real lo único que importan son las entidades físicas, ¿por qué
sigue entonces preocupándose por algo como "verdad" y "validez"?
Argumentos contra la consistencia interna del epifenomenalismo
Se
han formulado diversos argumentos similares según los cuales el
epifenomenalismo se contradice. Todos los argumentos se estructuran
esencialmente como sigue:
El mismo epifenomenalismo menciona la
conciencia al negar por ejemplo su eficacia. Esto implica que la
conciencia de una manera u otra ha tenido influencia sobre la
argumentación del epifenomenalismo y las ideas en que se basa.
El argumento del conocimiento de contenidos de la conciencia
La
forma más cruda del mencionado argumento es la siguiente: Unos cuantos
epifenomenalistas estánhablando sobre toda clase de contenidos de la
conciencia, como por ejemplo la experiencia de colores o de sonidos, y
sostienen al mismo tiempo que ninguno de esos contenidos tiene efecto
sobre la realidad. ¿Cómo es posible pues que los mismásimos
epifenomenalistas hablen sobre contenidos de la conciencia?
Esta
versión del argumento, sin embargo, aun puede ser refutado por el
epifenomenalismo. Al hablar de contenidos de la conciencia, según el
epifenomenalismo, no se tiene que hablar necesariamente de los
contenidos mismos, sino de hecho sólo de los substratos fisiólogicos
específicos que forman la supuesta causa de toda clase de experiencias
subjetivas *35. Una proposición como 'Veo el color rojo' estaría pues
causada completamente por el supuesto correlato fisiológico del
contenido de la conciencia de que se trata. Que habría tales substratos
fisiológicos para cualquier contenido consciente que exista, es un
principio bísico del epifenomenalismo: Todas las experiencias
subjetivas serían causadas por estructuras o procesos cerebrales *36.
El argumento del origen del concepto 'conciencia'
¿De
dónde vienen nuestros conceptos acerca de las experiencias subjetivas?
Esta es la cuestión que plantea una segunda versión del argumento
lógico. S. Shoemaker sostiene que los qualia son la causa de que existe
una creencia en la existencia de los qualia. Siguiendo a Shoemaker *37,
se podría sostener que la gente pensaría, hablaría y escribiría sobre
el concepto de "conciencia" porque ha formado ese concepto a base de la
conciencia. Asíformulado, el argumento aún no es bastante fuerte *38.
En primer lugar según los epifenomenalistas todavía se podría imaginar
una representación conceptual de la conciencia dentro de un sistema que
no tiene absolutamente ninguna conciencia, pero sólo un concepto innato
'conciencia'. En segundo lugar el hablar de la conciencia en símismo
no prueba nada con respecto a la presencia de dicha conciencia, ya que
también se podría programar una computadora sin mente de tal manera que
produzca output linguistico acerca del concepto 'conciencia'.
El argumento del asombro sobre conciencia
Elitzur
*39 sostiene que la conciencia no tiene que ser la causa de un concepto
'conciencia', pero síla causa de que 'people are bothered by problems
of consciousness'. Si es posible que exista un concepto innato
'conciencia', lo cual Elitzur no excluye, entonces el interés emocional
acerca del extraño concepto 'conciencia' se podría explicar como un
epifenómeno subjetivo de un proceso puramente fisiológico.
Substratos
fisiológicos de asombro sobre el supuesto concepto innato 'conciencia'
llevarían a la experiencia de asombro e interés.
El argumento de la justificación del concepto 'conciencia'
Nosotros
mismos conocemos a dos autores que de manera completamente
independiente de nosotros han llegado a la siguiente versión del
argumento lógico contra el epifenomenalismo, se trata de: Michael
Watkins y Dennett *40. En respuesta a un ensayo de Jackson de 1982 *41,
Michael Watkins escribió un breve artículo en la revista Analysis *42.
Jackson defendióen su ensayo la existencia de los "qualia"
epifenomenales completamente impotentes, es decir aspectos cualitativos
de la experiencia. A eso Watkins respondiódel modo siguiente (p. 160):
'La única indicación que tenemos de que existen los qualia es nuestra
experiencia directa de ellos. [...] El epifenomenalismo no esclarece
cómo podríamos llegar a formarnos una noción justificable de la
existencia de dichos qualia.' Daniel C. Dennett publicó en 1991 su
'Consciousness explained' después de la formulación de Watkins y
también después de una primera formulación de este argumento por uno de
nosotros *43. Aunque parte de una filosofía de la mente diferente, el
funcionalismo, muestra de manera semejante que el epifenomenalismo es
incoherente o sea internamente inconsistente, y que por dicha razón no
merece ninguna atención filosófica seria *44. En la página 403 dice
literalmente: '¿Podría haber otra razón para sostener que [las
experiencias subjetivas] existan efectivamente? ¿qué clase de razón?
Nadie jamás ha dado tal razón -buena, mala o neutral- que yo sepa.' Y
en la página 405 concluye pues: 'Si alguien afirma que es partidario de
alguna variante del epifenomenalismo, usted ha de intentar ser cortés,
pero síha de preguntar: ¿De qué estáhablando Usted?'
Ambos
filósofos han dado exactamente en el clavo según nuestra opinión. Para
aclarar esto, pasaremos a tratar nuestra propia formulación
independiente:
(i) El epifenomenalismo utiliza el concepto
'conciencia', ya que sostiene que existe una conciencia, la cual posee
características que no son materiales, etc.
(ii) El
epifenomenalismo sostiene pues que su concepto 'conciencia' se refiere
a una parte real de la realidad, a saber un mundo epifenomenal pero
irreducible de la experiencia mental.
(iii) Hemos de darnos cuenta
de que aunque el concepto 'conciencia' fuera innato, la realidad a la
que se refiere -la conciencia- sólo se podría constatar por medio de la
introspección, es decir: mediante la constatación de que hay
experiencias conscientes. El epifenomenalismo parte de la realidad de
la conciencia y se basa para ello en la evidencia (introspectiva) de la
existencia de experiencias conscientes. Exista un concepto innato de
'conciencia' o no, en todo caso el epifenomenalismo utiliza
experiencias subjetivas como piedra de toque de tal concepto. después
de todo, es absurdo opinar que la realidad de una cosa se pueda
constatar basíndose en el hecho de que tenemos un concepto de ella (por
ejemplo en el caso del unicornio). La única razón válida para suponer
la existencia de experiencias conscientes es pues la constatación
introspectiva de que haya tales experiencias. Si nadie constatase nada
en ese sentido, no habría ninguna razón para suponer que realmente
existe la conciencia. El epifenomenalismo pues se ve forzado a basar su
aceptación incondicional de la existencia de la conciencia sobre un
contacto introspectivo con esa misma conciencia. Tal contacto se iguala
sin embargo a una influencia causal de la conciencia en la
conceptualización de aquel que la percibe por medio de la
introspección.
Por lo demás no es necesario concebir la
introspección como un 'acto'. Es suficiente concebirlo como un
'factor', comparable al estatus causal de un objeto percibido durante
el proceso de percepción *45. En este respeto, podríamos utilizar una
nueva divisa como 'percipi est movere' (percibirse es mover).
(iv)
Asíel epifenomenalismo es internamente contradictorio. Sostiene que
hay una razón válida para postular experiencias mentales, pero proclama
al mismo tiempo que esas experiencias son completamente incognoscibles,
negándoles toda influencia causal *46. La conclusión es pues que el
epifenomenalismo debería ser descalificado definitivamente *47.
Una
posible defensa de los epifenomenalistas a primera vista sería que en
este argumento analítico se hallaría presente un tipo dudoso de
"justificacionismo", puesto que no todas las entidades teóricas han de
ser justificadas directamente por observaciones. ¿No es acaso
suficiente que las entidades supongan una diferencia para las
predicciones que se siguen de la hipótesis? Tal vez esta defensa parece
liberar al epifenomenalismo de la necesidad de fundar su certeza de que
existe una conciencia subjetiva. Sin embargo, todo lo contrario es el
caso. Incluso si se tomase en serio la mencionada defensa, esto lleva a
afirmar que la conciencia necesita tener influencia, aunque sea sólo
indirectamente, sobre las predicciones sobre la realidad. Y tal
influencia tampoco se puede reconciliar con el epifenomenalismo *48.
El
epifenomenalismo resulta de hecho una forma de obscurantismo, de
representación erránea de (una parte de) la realidad en favor de
concepciones que se consideran como inviolables, es decir, del
fisicalismo *49, y de la irreducibilidad de la mente consciente. Se
podría decir que es un 'refugio' para los fisicalistas que no son
ciegos a su propia subjetividad *50. Con el argumento arriba mencionado
se ha demostrado que el fisicalismo ya no puede creerse seguro.
III. Implicaciones de la descalificación del epifenomenalismo
La
descalificación del epifenomenalismo es, como hemos visto en lo
anterior, inevitable. Ahora queremos prestar atención a las
consecuencias de la descalificación del epifenomenalismo. Ray
Jackendoff afirmó en 1989, enfrentado con nuestro argumento de la
justificación del concepto de conciencia, que podría ser sensato
reconsiderar la realidad de las experiencias subjetivas. Dennett toma
una posición todavía más extrema. Partiendo de su propia formulación de
nuestro argumento analítico, concluye que 'nadie es consciente', en
todo caso no en el sentido corriente, 'misterioso' y cualitativo del
término *51. Ambos autores concluyen pues de la irreconciliabilidad de
'fisicalismo' y 'dualismo'que la evidente conciencia ha de eliminarse,
sacrificada al mantenimiento del fisicalismo 'indudable' *52. De hecho
esto podríamos calificar una forma moderna de dogmatismo ciego e
infundado.
Por otro lado, es interesante que ambos pensadores ya
no optan por la teoría de identidad materialista, sino directamente por
el materialismo reduccionista, el cual niega la existencia de la mente
subjetiva. Esto es asíporque la teoría de la identidad también
sostiene que sólo la variante 'objetiva' de la mente subjetiva, la cual
estaría representada por el cerebro (o parte de éste) puede tener
influencia objetiva. Esto es, no obstante, como ya hemos visto,
imposible ya que para la legitimación de la postulación de una mente
subjetiva es necesario que esa mente subjetiva sea eficaz como mente
subjetiva, y no sólo en un llamado sentido "objetivo", fisiológico, sea
eficaz. Por eso, ya que no queremos copiar la negación oportunista de
la conciencia, tendremos que buscar otra variante con respecto a la
causalidad psicogénica dentro de un dualismo, a no ser que optemos por
el idealismo, una concepción que no vamos a considerar en este
artículo.
La descalificación del paralelismo
Varios
autores *53 subrayan que el paralelismo y el epifenomenalismo se
parecen bastante. Ambas posiciones parten de que para toda experiencia
subjetiva existe un correlato fisiológica. La diferencia es, no
obstante, que este correlato según el epifenomenalismo es el substrato
de dicha experiencia, mientras que según el paralelismo sólo se
trataría de un correlato paralelo. Ahora bien, el paralelismo debe
descalificarse por una razón semejante a la dada para el
epifenomenalismo, es como el reflejo de nuestro argumento analítico. El
epifenomenalismo no puede reconciliar su certeza de que existe una
mente consciente con la imposibilidad implicada de conocer la
existencia de la conciencia. El paralelismo, por otro lado, no puede
reconciliar su certeza de que existe un mundo material con la
incapacidad de ese mundo de influir en la psique. En otras palabras,
por un lado no cabría duda según el paralelismo de que hay un mundo
físico, pero por otro lado resulta de la causalidad paralela y
estrictamente separada que el mundo físico no puede tener influencia
sobre la psique. De modo que otra vez hay que hablar de una
contradicción: Conocemos con certeza la existencia de un mundo físico,
mientras que al mismo tiempo con certeza no podemos conocer ese mundo
físico.
Asípues sólo nos queda el interaccionismo como
posibilidad *54. Esto implica entonces que la aceptación de la
existencia de experiencias conscientes irreducibles (aparte de la
existencia de un mundo material), es decir la existencia de un
dualismo, lógicamente lleva al interaccionismo.
Interaccionismo
Al
parecer, la intuición tenía razón. Nosotros como seres subjetivos
ciertamente importamos algo, sin duda ejercemos una influencia sobre
nosotros mismos, sobre nuestras vidas y sobre nuestro medio ambiente
social y físico.
también la axiología y ética no se pueden reducir sin más a epifenómenos biogúnicos.
En
la psicología (humana) y en la etología y la psicología de los animales
*55, debería estar claro en general a partir de ahora que la conciencia
es importante para la experiencia y el comportamiento. según parece, es
como mínimo una fuente de conceptualización. Cualquier corriente o
teoría dentro de estas ciencias que sea fundamentalmente
irreconciliable con la existencia de la causalidad psicogénica, debe
darse cuenta de la posición insostenible del epifenomenalismo y del
paralelismo. No somos, para corregir a Huxley, 'autómatas conscientes'.
también en la neuropsicología y psiquiatría se debería partir de las
influencias de la conciencia sobre procesos en el cerebro. Los procesos
cerebrales no son la única causa del comportamiento y la experiencia.
Una psiquiatría que fuese beneficiosa no puede pues limitarse a un tratamiento puramente fisiológica.
Por último, el estatus científico teórico de la parapsicología ya no es ningún problema dentro del interaccionismo.
Lista de referencias
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English Abstract
This
article examines the background, implications and merit of
epiphenonalism. The authors systematically present an analytical
argument against epiphenomenalism, the argument of the justification of
the assertion of the existence of consciousness. It is shown that
whereas epiphenomenalists claim to know that consciousness exists, they
implicitly deny the possibility of knowing consciousness, since
(according to their position) consciousness cannot have any influence
on our knowledge. Similarly, the authors examine and reject the
position of parallellism. Parallellism implicitly states it knows of
the existence of an unknowable physical world. Consequences are
mentioned for philosophy and empirical science.
Datos de los autores de 'Exit Epifenomenalismo: La demolición de un refugio'
Titus Rivas
(1964), ligado a la fundación Athanasia, es licenciado en filosofía
sistemática y psicología teórica. Sus principales terrenos de interés
teórico son: la psicología general, la axiología, la psicología de
animales, la metafísica, y la parapsicología. Ha publicado numerosos
artículos sobre diversos temás y un libro sobre la reencarnación,
Parapsychologisch onderzoek naar reïncarnatie en leven na de dood.
Dr. Hein van Dongen
(1957) es licenciado en filología neerlandesa y filosofía en la
Universidad de Amsterdam. Una de sus funciones es la de editor de la
revista Prana. Ha publicado hace poco el libro escrito junto con Hans
Gerding Het voertuig van de ziel, sobre el pluralismo hilético del
filósofo holandés J.J.Poortman.
Dirección de correspondencia: Titus Rivas, Darrenhof 9, 6533 RT Nijmegen, Holanda, titusrivas@hotmail.com
Notas
1.
Nuestro agradecimiento a Rob de Vries, John Beloff, Ray Jackendoff y Michael Watkins por sus consejos y correspondencia. Además, agradecemos sobre todo a René van Delft, Dick Bierman, Bob van Dorp, Eric de Maeyer
y Esteban Rivas por sus comentarios. Finalmente, nuestro reconocimiento a Peter Diederen, nieto, por haber puesto a nuestra disposición su voluminosa biblioteca. Y no olvidamos a Pablo Campo Carrera quien ha
corregido el castellano del manuscrito.
2. Eccles, 1977, pp. 17-18.
3.
Huxley, 1898, pp. 31-38; James, 1891, p. 129. James también menciona
como otras imágenes : espuma, aura, o melodía. Un símbolo contemporáneo
es la pequeña luz o el zumbido de los ordenadores, lo cual indica que
estánen funcionamiento, pero sin ejercer influencia sobre su
funcionamiento. Por fin, también se utiliza la sombra como símbolo.
4.Beloff, 1987, p. 215; Bergson, 1944, p. 40; Hodges y Lachs, 1979, p. 515.
5.Véase por ejemplo: Van Rooijen, 1985, pp. 379-383.
6.
Nos referimos aquí a la parapsicología como estudio empírico de
anomalías, en el que la posible existencia de estas anomalías al menos
no se niega a priori y en la que la investigación se dirige al estudio
de la realidad de aquellas. No nos referimos pues al estudio
sociológico o psicológico que parte de la hipótesis de que los
fenómenos no son (o no pueden ser) reales.
7. Bierman, Van Dongen y Gerding, 1991.
8. Beloff, 1988, p. 217.
9.
Además, quede claro que aparte del eliminacionismo, también descartamos
las diferentes formas de la teoría de la identidad, el funcionalismo y
el materialismo emergentista. Estas posiciones desde un punto de vista
ontológico son todas ellas, de hecho, formas de materialismo, porque
sostienen que lo mental no forma un dominio aparte de la realidad, sino
que se puede ver como -y en ese sentido se puede reducir pues a- un
"interior", "estructuración" o "nivel" de la materia. La "materia" no
obstante nunca es por definición subjetiva, tampoco en una
manifestación especial o en una especie de nivel misterioso de ésta. La
negación de este hecho conduce, como Karl Popper (p. 81, etc.) ha
demostrado, a un pseudo-materialismo que es en realidad una clase de
idealismo, o a una confusión definitoria (una forma de obscurantismo)
en la que el término de "materia" significa algo asícomo "realidad" no
pudiendo cumplir de esta forma una función distintiva en el debate.
10. Por ejemplo según Leibniz, véase Stokes, 1993, p. 45.
11. Jackendoff, 1988, comunicación personal. Compárese por ejemplo: Heymans, 1933, pp. 85, etc.
12. Jackendoff, 1987, pp. 311-317.
13.
James, 1891, pp. 136-137; compárese: Crane y Mellor, 1990, p. 192. Unos
de los mejores pasajes sobre este punto se puede encontrar en Bolzano,
1970, pp. 86-87: No obstante tenemos que suponer influencias inmediatas
[en la naturaleza] [...] Porque si no negamos absolutamente todas las
influencias mutuas, si no queremos contra el sentido común, sostener
que en la creación entera no habría en ningún lugar una coherencia
necesaria entre las entidades, si por lo menos no queremos esto,
entonces debemos admitir que también existe toda clase de influencia
inmediata. Puesto que si tal cosa no existiera, ¿cómo podría existir
una influencia mediata? Las influencias inmediatas no obstante, tanto
si ocurren entre sustancias, que sean individuales, o entre objetos
complejos o entre, por una parte entidades individuales simples y por
otra entidades complejas, presuponen en todas estas cosas algo
incomprensible."
14. Su fuente para esto es el "Shorter Oxford English Dictionary".
15. Compárese Roger Penrose, 1989, 527.
16. J. Shaffer, 1965, 100-101.
17. William James, 1891, 138-144.
18. Karl Popper (con Eccles), 1977.
19. Karl Popper, 72, etc.
20. Compárese esto también con Roger Penrose, 1989, 528.
21. René Marres, 1985, 161-162. también nos referimos a la traducción inglesa, más actual, del libro de Marres de 1989, In defense of mentalism: A critical review of the philosophy of mind.
22. Ray Jackendoff, 280-283.
23. John Beloff, 1987, 218-225.
24. Comunicación personal.
25.
Beloff, 1987, 220. Incluso si hubieran "emergido" principios físicos
completamente nuevos y por el momento desconocidos de la organización
del cerebro, aun entonces no deberíamos esperar que dichos principios
hipotéticos fuesen a ir alguna vez en contra de las limitaciones
físicas del mismo cerebro como sistema orgúnico.
26. Ayer, 1986, 221.
27.
Compárese: Ian Stevenson, 1987, 228. Teóricamente aún se podría
imaginar que sólo se dan correlaciones espontáneas entre eventos
físicos y estados mentales, lo cual todavía podría reconciliarse con el
epifenomenalismo.
28. William James, 1986.
29. G. Heymans, G., 1925.
30. Henri Bergson, 1944.
31. H.H. Price, 1940, 363-385.
32. D. Radin, & R. Nelson , 1989, 1499-1541 y también 'Onverklaarbare relaties tussen het bewustzijn en toevalsprocessen'. Tijdschrift voor Parapsy chologie (1989). Véase otra vez también Bierman, Gerding y Van Dongen.
33.
Bierman, Van Dongen y Gerding, 1992; este libro contiene
aportaciones entre otros de Brian Josephson y Olivier Costa de
Beauregard.
34. Karl Popper, 81.
35. Rob de Vries, 1991, 10, 2, 75-76.
36. Véase para una refutación más extensa de esta versión: M. Hodges y J. Lachs, 1979, 32, 515-529.
37. S. Shoemaker, 1975, 27, 29, etc.
38. A.C. Elitzur, 1989, 10, 9-10.
39. A.C. Elitzur, 9; Compárese Roger Penrose , 1987, 16; Penrose, 1989, 528.
40. Daniel C. Dennett en su mencionado Consciousness Explained de 1991.
41. F. Jackson, 1982.
42. Michael Watkins, 1989.
43.
Véase el párrafo 'Filosofische kritiek op het fysicalisme' en el
artículo de Titus Rivas (1990, pp. 10-11) o su artículo más reciente
(1999).
44. D.C. Dennett, 402-405.
45. La introspección misma síes por lo demás necesariamente un acto de un sujeto consciente.
46.
aún existe otra manera para demostrar la estructura lógica de la
inconsistencia interna del epifenomenalismo. Supongámonos que tenemos
una proposición A que dice: Conocemos la existencia de experiencias
subjetivas (es decir conciencia). Otra proposición B dice: No podemos
conocer la existencia de experiencias subjetivas. La proposición B
implica pues una proposición C, que dice: No conocemos la existencia de
expe riencias subjetivas. Si sustituimos pues "conocemos la existencia
de experiencias subjetivas" por un símbolo D, el epifenomenalismo se
nos muestra de la forma siguiente: sostiene al mismo tiempo D y no-D,
lo cual constituye claramente una contradicción.
47. Aparte de
Michael Watkins, Daniel Dennett y nosotros mismos, parece haber al
menos un proponente independiente más de este argumento. Stokes, 1991,
388-391 menciona que John Foster en una discusión del epifenomenalismo
afirma que si esta posición es válida, las expresiones lingüísticas que
los epifenomenalistas utilizan perderían todo su sentido, pues esas
expresiones no podrían realmente referirse a eventos mentales, porque
eso significaría que dichos eventos mentales habrían ejercido una
influencia causal sobre los escritos de los epifenomenalistas, mientras
que tal eficacia causal es precisamente lo que los epifenomenalistas
desean negar. De tal manera, resulta que el epifenomenalismo se refuta
a símismo, si se lo interpreta como una teoría sobre eventos mentales.
En realidad, el filósofo holandés René Marres menciona de paso el
argumento de la justificación del concepto 'conciencia'. Lo único es
que él habla sin razón de una paradoja y no de una contradicción,
cuando afirma en la pgáina 183 de su libro mencionado: "El
epifenomenalista pues no puede sostener que supone la existencia de
procesos mentales, basíndose en esa misma existencia".
Desafortunadamente, Marres ha subestimado pues el valor del argumento.
48.
Compárese esto con Dennett, 1991, 402: "¿Cómo sería posible que hubiera
razón empírica alguna para sostener que la [conciencia] estápresente?"
49. La enorme influencia que el fisicalismo tiene en las
llamadas ciencias naturales "duras", se muestra por ejemplo en la
siguiente expresión del famosísimo cosmólogo Stephen Hawking: 'Ya
conocemos las leyes naturales que dominan la totalidad de lo que
experimentamos en nuestra vida cotidiana."
50. Compárese esto
con Churchland, 1990, 12: "Es un compromiso entre el deseo de hacer
justicia a una aproximación estrictamente científica de la explicación
del comportamiento, y el deseo de hacer justicia al testimonio de la
introspección."
51. Dennett en su 'Brainstorms' de 1979 habla ya de "míticos" cuando menciona los qualia.
52.
En realidad, la conciencia personal, nuestra vida subjetiva, interior,
es lo único de lo que uno nunca puede dudar en su sano juicio.
Compárese: Desde un punto de vista lógico, es posible dudar que haya un
mundo material (idealismo) o bien que haya otros (solipsismo), pero es
irracional dudar que mi propio mundo (irreducible) de experiencia
subjetiva y cualitativa existe.
53. Por ejemplo: Karl Popper, 72.
54. No nos detenemos aquí a considerar exactamente qué (sub)teorías interaccionistas son superiores.
55.
La presencia de la conciencia entre animales es probable a base del
llamado postulado de analogía. Véase: Esteban y Titus Rivas, 1991.
Este articulo se publicó en la Revista de Filosofia de la Universidad de Santiago, Chile, 2001, vol. LVII, 111-129
Contacto: titusrivas@hotmail.com